jueves, 29 de septiembre de 2011

FRAGMENTOS DE VIDA





Rayos de sol del atardecer otoñal, dorados, apetecibles.
Reflejos en la madera trabajada por las diestras manos del ebanista.
Sombras que recorren la estancia desplazándose suavemente.
Y el respirar pausado del hombre satisfecho.
El viento del Este, impetuoso, violento, apasionado, agitando las ramas del Olmo.
El sonido metálico de la veleta que gira atolondradamente.
Imprudentes ráfagas de aire que descubren los misterios de las rosas.
Pétalos transportados por un invisible duende.
Ladridos de perros lejanos.
Un insecto iluminado por un hilo de luz.
Y el respirar lánguido de la mujer, intercalado por largos suspiros de complacencia.
La noche invadiendo los rincones, borrando los perfiles.
Y el despertar de los amantes del sueño de una tarde de otoño.





2 comentarios:

Lola Polo dijo...

Pura belleza en esas frases. Una se siente relajada y tranquila, tras leerlas.

Un abrazo y feliz fin de semana, que por fin es viernes :)

Verónica dijo...

Así, a simple leída, parecía la descripción de una de esas películas americanas que muestran la gasolinera abandonada en mitad de la nada. Hace años que leo demasiado deprisa, la deformación profesional de necesidad de sacar rápidas conclusiones y buscar datos, hacen que olvides leer como toca.

Así que, tras una segunda y calmada lectura, te dejo un bravo y un abrazo.