jueves, 27 de febrero de 2014

ESTE JUEVES: EL TREN





Acuarela de M. Carmen Polo
Un bellísimo blog con magníficas pinturas y dibujos acompañados de bonitas palabras.



Había pasado la noche en vela, ya tenía preparada su maleta con las pocas cosas que iba a llevarse, nada de fotos porque lo que realmente necesitaba era dejar atrás todo su pasado. Aquella mañana había sacado del banco los ahorros de toda su vida. En una estación la esperaría él.
Cuando subió al vagón se dirigió al coche cama, se acomodó junto a la ventana y esperó. El tren se puso en marcha.
Dos estaciones después lo vio subir y le extrañó que no llevara equipaje. Pocos minutos después estaba a su lado, se sentó junto a ella sin decir palabra, solo le apostó un frío beso en la mejilla.
Por la mañana todos los pasajeros del tren estaban alarmados, en un vagón había una joven muerta, parece que había sido apuñalada. No llevaba equipaje ni documentación.






martes, 25 de febrero de 2014

PALABRA 9 DE 52: CONTANDO LAS SEMANAS





                      Dolorosas garras clavadas en las entrañas
                      Urdiendo un entresijo de pensamientos emborronados
                      Diabólicos mensajes susurrados al oído  
                      Alimentando el recelo de lo sospechado





Palabras de Sindel  otros amigos que hablan de la duda.




miércoles, 19 de febrero de 2014

ESTE JUEVES: LA VIDA INSÍPIDA





Juan fue salinero desde niño, desde que caminando junto a su tío iban desde la calle Carraca hasta la playa de Camposoto, que entonces era una zona militar y no estaba permitido entrar, si es coherente decir entrar en una playa.

Juan fue un buen salinero, él sacaba más sal que ninguno. Al menos es lo que él cree, lo que evoca cuando echa mano de sus recuerdos que a causa del Alzheimer se le están evaporando. Es muy inquieto, no puede estar sentado porque las piernas lo hacen deambular continuamente, él dice que si se queda quieto le duele la cintura, que tuvo un problema de cadera y desde entonces, hasta cuando se sienta en el retrete tiene que saltar del dolor que le produce, y quiere caminar, pasear de un lado a otro para aliviar ese dolor que es más mental que físico. A pesar de su depresión, que según él la tiene hace más de veinte años, tiene un inteligente sentido del humor. Es dócil y se convence con las palabras adecuadas. Como todos ellos no entiende el motivo de su permanencia en la sala, por qué no le dejan ni siquiera pasear por el pasillo, si él no va a irse, solo quiere pasear porque las piernas le obligan. 

Y pregunta que cuándo podrá salir, cuándo se irá a casa, y se le responde, siempre se le responde, que tu hijo viene a buscarte. Aunque lo pregunte mil veces se le explica con paciencia y él se desespera nuevamente.  Es que llevo aquí desde las doce. Una hora cualquiera que llega a su mente por pura casualidad. Pues tu hijo tiene que estar al llegar, siéntate un poco y verás que viene enseguida. Y Juan se sienta durante un minuto escaso y vuelve a levantarse acercándose a la puerta que es su salvación, él quiere estar con su familia, con su mujer que tiene diecisiete años menos pero que parece más vieja, eso dice Juan con sorna. Ella tiene arrugas y levanta orgulloso su cara presumiendo de la tersura de su piel. 

A Juan le gusta hablar, quiere que lo escuchen y guarda en su interior mucho tiempo vivido, lo tiene algo revuelto, sus recuerdos se enmarañan y salen mezclados pero él los disfruta al contarlos.  Yo fui salinero, y de los mejores, y luego estuve en la construcción, cuando las salinas empezaron a cerrarse, fíjate, ¿sabes dónde está la calle Carraca?, pues yo iba con mi tío desde allí hasta el final de la carretera de la playa de Camposoto, ibamos andando para allá y de vuelta, todos los días, a la salina. Yo trabajé en la Salina de San Juan y en la Leocadia y luego cuando las salinas empezaron a cerrar me fui a la construcción y en eso también fui bueno, un buen trabajador, hasta que me pasó lo de la cadera y luego cogí depresión, que la tengo hace más de veinte años, y ahora esto que tengo. Juan no nombra lo que tiene, solo dice "esto que tengo". Y sigue hablando, mientras mira sonriendo a su interlocutor, como agradeciendo que se le esté prestando atención. En la salina empecé acarreando sal porque  no tenía fuerza para arrastrar los rodillos aunque pronto empecé con el de rondear que es más chico y luego el de allegar para ir amontonando la sal, los más mayores eran los encargados del rodillo de sacar que es el más ancho de todos y es muy pesado. Yo pasé por todos y así tengo los riñones que me están matando, qué dolor chiquilla!, pero daba gusto llegar a las orillas y ver las flores brillando por el sol. ¿Las flores, Juan? Sí hija, las flores son granos de sal que brillan iluminados por los rayos de sol, una preciosidad. 

Fueron buenos años para Juan, sin grandes preocupaciones, una vida dura para un niño pero llena de felicidad porque a Juan le gustaba ir con su tío a las salinas.
En la construcción también fui un buen trabajador, vuelve a repetir, de los que hacen bien su trabajo. Y luego tuve lo de la cadera y la depresión que hace ya veinte años, y ahora esto, y baja la mirada quedándose a solas por un instante con sus pensamientos. Al poco reacciona y se ve de nuevo en aquella sala y pregunta que cuándo va a salir, que tiene que ir a su casa.  Ahora, Juan, en un poquito llega tu hijo, ya viene de camino. Y Juan se conforma y sonríe y sigue con la conversación que para él está empezando. ¿Sabes donde está la calle Carraca?, pues desde allí iba yo andando hasta la salina porque yo de chico y de muchacho fui salinero y salía de la casa que estaba en la calle Carraca con mi tío, íbamos andando hasta las salinas, la de San Juan y la Leocadia. Qué buen salinero era yo! Ahora estoy malo, me tienen que ver los médicos que me van a dar lo de la paga y si me lo dan todo voy a tener 400 euros más todos los meses. ¿Y sabes que es lo primero que voy a hacer?, dejar a mi mujer. Y se ríe, y mira con picardía alrededor. ¿Se han enterado todos?, pregunta.  No Juan, nadie se ha enterado. Pues la voy a dejar porque aunque tiene diecisiete años menos que yo ya tiene la cara llena de arrugas. ¿Será porque fuma?. Y Juan reacciona con enfado, qué va a fumar, delante mía no, un día la cogí fumando en la terraza, y yo vivo en un noveno piso, y le di un empujón y la tiré.  ¿Al suelo?.  A la calle, allí cayó despanzurra, y las gentes empezaron a llegar y le preguntaron que qué le había pasado. Y ella dijo: No sé, yo acabo de llegar. Y Juan se ríe al ver la cara se sorpresa que se le queda a su confidente. Y explica el chiste.  Eso lo dijo para quitarle hierro a la cosa. 

Pero cuándo me voy a ir que ya llevo aquí mucho tiempo. Ahora, Juan, ya tu hijo está al llegar. Hay que ver lo que es la vida, uno cría a sus hijos y luego a los nietos, y cuando uno puede estar bien y disfrutar le pasa esto, esto que me ha entrado y...Juan se queda pensativo y se entristece.

 ¡Qué insípida puede volverse la vida hasta para el que fue el mejor salinero!







Más Vidas Insulsas en el blog Soliluna de Maribel



martes, 18 de febrero de 2014

PALABRA 8 DE 52. CONTANDO LAS SEMANAS





Ya hemos llegado a la semana 8, parece que fue ayer cuando a nuestra amiga Sindel se le ocurrió esta ocurrente idea. Esta semana nos propone la palabra DESEO, que sería para llevarse escribiendo como poco hasta que llegue la palabra siguiente, pero voy a reducirlo a lo verdaderamente esencial.


Fotografía de mi nieto Manuel en el Parque de las Ciencias, Granada.


Deseo

sentirme viva
volar cual mariposa
libando vida







miércoles, 12 de febrero de 2014

ESTE JUEVES: AMOR






Amor que irrumpes en las vidas como un viento huracanado, que trastornas los sentidos, que te apoderas de los sueños y el pensamiento. Dónde te escondes cuando aparece la señora rutina, en que caja fuerte metes las miradas, los besos, las caricias. Por qué se  paralizan las mariposas que revolotean en el interior. Devuelve a los amantes el deseo de sus labios, del tacto de sus manos, del caminar por sus cuerpos. Déjalos gozar que el tiempo pasa y lo perdido no puede recuperarse. Sopla de nuevo aunque solo sea con una brisa suave que los amantes viejos no necesitan navegar muy lejos.
¡Amor, dónde te escondes! 


EL BALCON DE CASSS. Aquí encontrarás más amigos hablando del Amor.

Regalo de Casss




lunes, 10 de febrero de 2014

PALABRA 7 DE 52. CONTANDO LAS SEMANAS






PALABRA

Dime solo palabras alegres
que estoy triste y abatida
que me encuentro melancólica
 que tengo el alma dormida
háblale del mar y de las olas
cuéntale cómo es la noche estrellada
tráele el sonido de los grillos de madrugada
dile cómo canta el gallo por las mañanas
recuérdale el color de las flores
 el olor del romero y la hierbabuena
pasea mi espíritu por los montes
acompáñame en esta escapada
evocando mil razones
saldrá de su encrucijada
que tengo dormida el alma
despiértamela con  palabras.



Palabras de Sindel  nos propone para esta semana la palabra: Palabra.



lunes, 3 de febrero de 2014

PALABRA 6 DE 52. CONTANDO LAS SEMANAS






Paz
Paz
 paz paz paz paz paz 
  paz paz paz paz paz paz
   paz paz paz paz paz paz 
paz paz paz
Invoquémosla
llamémosla
gritemos paz
quizá así seamos capaces de dejar atrás el egoísmo, el afán de poder, la envidia
cuando el ser humano logre entender que estamos en este mundo el tiempo de un suspiro podremos empezar a vivir todos juntos, sin mirar fronteras ni razas, repartiendo lo que se ha puesto a nuestro alcance para ser utilizado con equidad y justicia
utilicemos la palabra para entendernos
enterremos las armas
todos somos iguales
¡gente del mundo
compartamos!
paz
paz
paz paz paz
paz paz paz

 
 

PALABRAS DE SINDEL